Por primera vez en su vida, Eva va a contratar a un hombre como empleado del hogar. Era el mejor de los candidatos que llegaron y Eva se niega a cualquier discriminación de género.
Mauriciano de edad madura y origen hindú, este enigmático y eficaz personaje que atiende por Ghian y es más silencioso que una tumba india, se ocupará de todo en casa de Eva.
Ghian tiene también su propia filosofía de la vida y algo que enseñar a la protagonista en los momentos más amargos.
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