"Afuera y sobre un paisaje radicalmente rojo, solo entrecortado por árboles de inmensas y anchísimas copas verdinegras cuyas planas siluetas parecían elementos superpuestos de un decorado teatral, una gran cantidad de gente caminaba a pie: sobre todo mujeres negras como el cordobán, vestidas de todos los colores del arcoiris, por lo general jóvenes y a menudo con un bebé a su espalda asomado a la alforja...
...Cuando el Mercedes les pasaba casi rozando, se paraban para dirigirnos una amistosa y expresiva sonrisa hecha de gruesos labios carnosos y de muchos dientes blancos...mezcladas con algún varón que pululaba por allí sin dar ni golpe"
"...Dejándome llevar por la gente, aparecí por fin en el mercado. Allí convivían abigarradamente frutas exóticas, zapatos usados, telas, yucas, viejos ejemplares de Paris Match, las sempiternas botellas de plástico vacías y peluquerías al aire libre, decoradas por sencillos dibujos de los peinados que proponían a sus improbables clientes.
En aquel mercado yo debía resultar un espécimen exótico porque pronto me ví rodeada de niños y mujeres que, sonrientes, hacían cuanto podían por tocarme. Sobre todo, el pelo...
...A pesar del agobio que supone tener tanta gente encima, yo estaba lo que se dice feliz y me tocó correr para regresar a tiempo a mi cita en el hotel..."
¡Cómo me ha gustado esta incursión en África¡ quizá porque la primera de Eva en ese continente me ha recordado a la primera mía ese país que es "la sonrisa de África" Gambia a la que estoy deseando elevar el vuelo porque,como Eva y su "madre" yo no soy de aquí no de allá.Ciudadana de un mundo sin etiquetas. Gracias,Milagros,por permitirme revivir tantas sensaciones
ResponderEliminarEl bautismo de Africa es una experiencia fuerte y siempre inolvidable, sea cual sea el país en el que se reciba. No hay grandes diferencias entre Gambia y Camerún. Y lo que me encanta es constatar que cada vez va habiendo más ciudadanos del mundo entre nosotros.Eso alimenta mi esperanza, Paz...
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